El «contado con liqui» se llevó puesto al dólar blue, pero también a las acciones y bonos. El tipo de cambio implícito tomó protagonismo pasada la mitad de rueda, cuando comenzaron a llover las llamadas en las sociedades de bolsa que lo operan. Reacios a la propuesta del oficial del cambio de la sede de pago, los inversores optaron por hacerse de divisas líquidas con el pesimismo de que el juez Thomas Griesa declare al país en desacato.

«Los fondos locales no interpretaron a bien el proyecto; les generó mucha incertidumbre», confirmó el analista Martín Saúd, de Balanz Capital, a Ámbito Financiero. «Si el Gobierno plantea que la única manera de cobrar los intereses es cambiando la ley, porque Griesa no lo deja, pinta un panorama bastante negativo», explicó.

Coincidió con esta interpretación el economista Leandro Mora Alfonsín, quien lo planteó como una posibilidad. Sin embargo, la relativizó al reflexionar que ese caso «iría en contra de la política del Poder Ejecutivo de los últimos años de regularizar el frente externo». Si bien son varios los fondos locales a quienes les será prácticamente indistinta la legislación que rija a los títulos, el grueso de los extranjeros son los que presentarán mayor reticencia.

Esta euforia por el verde elevó el precio del «contado con liquidación» 41 centavos a $ 12,19 y del dólar Bolsa 35 centavos a $ 13,10. El alza en el segmento bursátil no quedó aislado y empujó al blue en una magnitud idéntica a la segunda, de 35 centavos, hasta los $ 13,55. Con esta cotización, el billete paralelo marcó un nuevo máximo histórico.

Sin embargo, los mismos operadores del segmento marginal consideraron que la primera disparada pudo haber sido excesiva. «Fue como un primer instinto haber aumentado la cotización, pero debemos analizar cómo se comportan los grandes clientes ante los detalles del proyecto de ley y la conferencia de prensa de esta mañana de Axel Kicillof», aclaró un cuevero a este medio.

Dentro del segmento legal, el alza del dólar mayorista sorprendió hasta a los operadores. Ocurrió dentro de la última hora de mercado y en forma inusual. Desde una casa de cambios deslizaron que el ajuste estuvo monitoreado por el Banco Central, que compró u$s 40 millones «con al fin de ajustar el valor de la divisa a otras variables financieras» y dejó al dólar oficial en $ 8,33.

Por su parte, el euro oficial cotizó a $ 10,90 para punta compradora y a $ 11,35 para la vendedora.