La amplitud de la brecha cambiaria -ayer en 86%- hace que los argentinos vuelvan a poner los ojos en los viajes y las compras en el exterior. Pese a las restricciones crecientes, los argentinos sacan provecho del dólar oficial y los extranjeros del dólar paralelo o blue. El resultado es que, la cuenta de turismo continúa “en rojo”: salen más dólares que los que ingresan al país.

Los extranjeros se entusiasman con la Argentina porque con un dólar blue encima de $ 15 les resulta más que barato recorrer el país.

Cualquier conserje de hotel o comercio acepta dólares, euros o reales a mayor precio que el oficial. También los turistas extranjeros buscan a los arbolitos de la calle Florida para convertir sus monedas en pesos.

En estos días, en las zonas fronterizas, del lado argentino, el movimiento turístico es intenso. Chilenos, uruguayos y brasileños son los que más acuden al cambio paralelo por la mayor familiaridad con esta práctica, muy común años atrás en sus propios países.

Por esa razón, los dólares de los turistas no van a parar a las reservas del Banco Central sino que alimentan las “cuevas” de la city.

El propio BCRA lo reconoció cuando informó que, a pesar de la brusca devaluación de enero, en el primer trimestre de este año, “los ingresos en el mercado de cambio por los gastos de turistas no residentes en el país cayeron 32% en términos interanuales”.

Con los argentinos la situación es la inversa. La brusca devaluación del peso de enero de este año, precedida por la suba del 20 al 35% en el recargo como anticipo de Ganancias por viajes y gastos en el exterior, desalentó temporariamente la salida de los argentinos del país. Las estadísticas oficiales fueron marcando la caída tanto del llamado “turismo emisivo” como los dólares gastados afuera. Por ejemplo, el BCRA informó que en la primera mitad de este año hubo una caída interanual en los egresos brutos por turismo, viajes y pasajes de U$S 2.150 millones. En tanto, con datos a julio pasado, el INDEC informó una retracción de la salida de argentinos, en especial a través del transporte aéreo.

Pero desde hace varias semanas, a medida que se fue agrandando la brecha entre el dólar oficial y el paralelo, los números cambiaron. Los argentinos empezaron a viajar más y para cubrirse de una posible devaluación ya están comprando los pasajes para las próximas vacaciones, lo que anticipa futuros consumos en el exterior. Asi vuelve a entrar en acción el dólar turista (ver Dólar turista o dólar tarjeta)

A la hora de comparar los eventuales gastos entre turismo interno y externo sobresalen algunos datos claves. Pese al recargo de 35%, hay un “subsidio” implícito que significa comprar con pesos el pasaje y pagar por adelantado gastos (como reserva de hoteles o alojamientos) con la tarjeta de crédito al dólar oficial, más la ventaja de pagarlos en cuotas. Y el beneficio adicional de tomar los recargos del 35% a cuenta de Ganancias o Bienes Personales.

Así pese al objetivo del Gobierno, la cuenta de turismo y viajes en divisas sigue siendo muy deficitaria porque el BCRA no logra la ventaja de recibir los dólares de los turistas extranjeros. Y tiene que ceder las divisas por los pasajes y gastos de los argentinos en el exterior.