Es una señal, entre muchas, de la distorsión que se generó entre los diferentes tipos de dólar de la economía local: la cantidad de argentinos que pide su ración de billetes para salir del país alcanzó un máximo en octubre y la fuga de divisas por esta vía es superior a la que se vio durante los meses de temporada alta de las vacaciones de invierno y el Mundial de fútbol. La demanda total en septiembre fue de u$s 47 millones; superó en un 37% a la del mes anterior y casi duplicó la de julio. Los primeros siete días de este mes muestran que el ritmo de compras sigue prácticamente intacto, con más de u$s 11 millones acumulados.

Los turistas prefieren ahora aprovechar el mecanismo oficial que todavía mantiene abierto la AFIP por la enorme diferencia cambiaria que quedó después de la fuerte suba que tuvo el «blue». El dólar turista, que estaba a mitad de año un 8% más barato que el billete de las cuevas financieras, se consigue ahora a $ 11,43 y es un 30% inferior al informal (ayer en los $ 14,70).

La brecha explica en gran parte por qué en estos meses de temporada baja, en los que se supone que hay menos argentinos viajando al exterior que durante el Mundial de fútbol y las vacaciones de invierno, la cantidad de personas que compran dólares para salir del país aumentó un 15% respecto de septiembre y más de un 60% respecto de junio y julio. En los bancos explican que los argentinos que antes compraban dólares en el mercado paralelo antes de empezar su viaje se vuelcan ahora a la ventanilla legal, aún cuando deben hacerlo con un recargo del 35% sobre el tipo de cambio oficial.

Las cifras son también un reflejo del retraso que muestra el dólar turista frente al «blue»: sólo en esta primera semana del mes (que cinco días hábiles), los bancos debieron vender dólares para salir del país a 10.900 turistas argentinos; en el mismo período del mes pasado habían tenido que hacerlo a 9.556; y en julio, a 6.700. Según se desprende de las mismas estadísticas, los montos autorizados por persona cayó un 35% entre julio y octubre, de u$s 1.300 a u$s 950 promedio por persona. La diferencia es atribuible a la duración de los viajes, que en temporada alta es mayor.

La demanda se siente también con fuerza en los billetes que los ahorristas adquieren para atesorar. Ayer, la salida fue de u$s 31 millones y el total acumulado en la primera semana se ubicó en los u$s 265 millones.