Con el dólar blue estabilizado por debajo de los $ 12,50, muy lejos de los niveles que había alcanzado en la segunda mitad del año pasado, y las microdevaluaciones del dólar (que sigue deslizándose aunque a un ritmo más lento que el de la inflación), la brecha cambiaria entre el mercado oficial y el paralelo se redujo a alrededor del 40%.

Esa reducción de la brecha, a su vez, derrumbó el negocio (ilegal) al que en el mercado financiero denominan dólar puré, que consiste en comprar dólares en el mercado oficial y venderlos en el blue.

El por qué cae ese negocio es simple: la diferencia que deja la operación ya no lo justifica.

En septiembre del año pasado, la brecha entre los dos mercados había llegado a casi el 80%: el 17 de ese mes, el dólar oficial cerró en $ 8,42 y el blue se vendía ese día a $ 15,10 (y algunos “cueveros” pedían incluso más).

La diferencia entre el precio del dólar legal ($ 10,10, sumando al precio oficial la retención de la AFIP) y el ilegal (alrededor de $ 15, por el “spread” entre la punta compradora y vendedora) le dejaba a quien hacía el “puré” alrededor de $ 4,9 por cada dólar que compraba en un mercado y vendía en el otro. Quien operaba u$s 500, podía hacerse de unos $ 2.450 extra que llegaban a unos $ 9.800 para quien la AFIP autorizaba a comprar u$s 2.000 (quien, por cierto, en teoría debería ganar más de $ 84.000 por mes en blanco, ya que el topo autorizado de dólar ahorro es del 20% de los ingresos registrados).

Pero con la reducción de la brecha cambiaria, el negocio del dólar puré se pulverizó: hoy, con el dólar ahorro en $ 10,61 ($ 8,84 del oficial más el 20% de retención a cuenta) y el blue en $ 12,33 en la punta compradora ($ 12,38 para la venta), la diferencia por dólar es de $ 1,72, un 65% menor que en septiembre pasado. Eso implica un “negocio” de $ 860 por u$s 500 y de $ 3.440 para u$s 2.000. Si hace menos de un año la “ganancia” podía llegar a representar más del 10% del salario del que hacía el “puré”, hoy es de menos del 4%.

Es cierto que la retención del 20% puede descontarse de Ganancias o Bienes Personales (lo que implicaría un “reintegro” para quien hizo el negocio), pero eso ocurrirá recién al siguiente del que se hace la retención (para recuperar lo que se paga hoy hay que esperar casi un año entero). Y, además, también es cierto que se trata de un negocio ilegal y que, sin un justificativo de gastos, esos dólares cuya compra está registrada por AFIP pero que fueron vendidos en el mercado negro deberían declararse como ahorros en Bienes Personales.