Gracias al Cedin, el dólar ladrillo ya no cotiza sólo al precio del blue, sino que se puede conseguir prácticamente al mismo valor que el dólar ahorro: $ 10,45. Ese es el precio al que cotiza el Cedin en Bolsa, que mueve un promedio de casi $ 2 millones por día. Por lo tanto, quien tiene pesos puede comprar Cedin y con ese instrumento pagarle al desarrollador inmobiliario, que los cambiará en el banco por dólares constantes y sonantes.

Por el SuizaGate, se reactivó el blanqueo, ya que la AFIP invita a los 4.000 argentinos con cuentas no declaradas en el HSBC por u$s 3.000 millones que se adhieran al blanqueo, que termina a fin de año. Hasta ahora, se operaron 22.023 Cedines por u$s 1.105 millones, y se estima que el 30% se está volcando a la venta en el mercado secundario.

«Si se concretan todas las consultas que hay en relación al Suiza Gate, estaríamos hablando de muchos millones de Cedines», dicen en DolarInmueble.

«La aplicación del Cedin se ha utilizado para todo tipo de operaciones inmobiliarias, desde cocheras hasta campos. El destino de aquellos Cedines adquiridos en el mercado secundario son para la compra de propiedades usadas donde el vendedor quiere dólares», señalan en Cedinhoy.

Incluso, ha surgido un «dólar inmueble» 15% más barato que el blue que se puede conseguir en el mercado secundario gracias al Cedin. Apuntan a tres tipos de clientes: los que tienen pesos y el vendedor quiere dólares, los que tienen créditos hipotecarios, y los que quieren comprar propiedades en el exterior o recibir el pago.

«Los Cedines han sido, sin dudas, un facilitador para las desarrolladoras interesadas en comprar tierra», revela Pablo Brodsky, director de Predial.

Damián Tabakman, presidente de la Asociación Argentina de Profesores y Consultores de Real Estate, asegura que los desarrollistas lo toman para unidades en construcción y los venden en el mercado secundario, «porque para que el BCRA te de los dolares debe haber escritura. No sirve para compras en pozo».

Germán Gómez Picasso, socio de Reporte Inmobiliario, afirma que para el vendedor del inmueble es lo mismo, ya que percibe los Cedines y en la escritura le dan los dólares.

José Azpiroz Costa, director de Bullrich, confiesa que a los vendedores tradicionales les cuesta aceptar el Cedin: «Aún cuando no conozco ninguna operación que se haya trabado, siguen queriendo los dólares. Por lo general, compra con Cedin quien blanqueó: casi todo se dio en cocheras o en departamentos en construcción».